No solo la barbarie y los instantes de angustia, muerte y dolor fueron la herencia del narcotraficante Pablo Escobar, quien también dejó otro legado para los colombianos, como la introducción forzada de especies animales que han puesto en riesgo el hábitat nacional.
La hacienda Nápoles no solo fue el centro de operaciones del terror, el despilfarro, la opulencia y el desorden descontrolado del narcotraficante, sino que además se convirtió en guarida de especies exóticas que Escobar trajo de tierras lejanas como los venados que tienen su origen en Asia y ahora decenas de esta especie rondan por el Magdalena Medio y junto a ellos los hipopótamos que, a decir verdad, han generado acalorados debates.
La introducción de especies animales foráneas, también conocidas como especies exóticas o invasoras tienen impactos significativos en los ecosistemas locales y la fauna nativa.
Las especies introducidas compiten con las especies nativas por alimentos, agua, hábitat y otros recursos, lo que resulta en la disminución de la población de especies autóctonas.
Algunas especies foráneas se convierten en depredadores de especies nativas, amenazando su supervivencia y esto lleva a la disminución o extinción de poblaciones locales.
Por otra parte, las especies introducidas pueden llevar consigo enfermedades a las que las especies nativas no están adaptadas y con esto se ocasionan serios brotes de enfermedades que afectan a la fauna local.
Las especies foráneas modifican y trastornan el paisaje y el hábitat, afectando a otras especies que dependen de esas condiciones específicas.
En algunos casos, las especies introducidas llegan a hibridarse con las especies nativas, lo que afecta la diversidad genética y la adaptabilidad de las poblaciones autóctonas.
Las especies invasoras pueden perturbar los ciclos naturales de los ecosistemas, como los ciclos de nutrientes, la polinización y la dispersión de semillas.
La presencia de especies invasoras también tiene impactos económicos, especialmente en sectores como la agricultura, la pesca y la silvicultura.
Aunque no todas las especies introducidas tienen efectos negativos, y algunas pueden convivir en armonía con las nativas, la introducción no controlada y sin evaluación de las potenciales consecuencias puede tener causales perjudiciales para los ecosistemas y la biodiversidad, como las que fueron ilegalmente traídas a suelo colombiano por el capo Escobar.