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La sombra del COVID-19 sigue viva

La pandemia ha subrayado la necesidad de una cooperación global y la investigación científica, el intercambio de información y la colaboración entre países han sido fundamentales para abordar la crisis y desarrollar soluciones efectivas.

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01/10/2024

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El COVID -19 cambió las costumbres de la gente, y la tecnología se abrió camino. Fotografía – Archivo particular

Han pasado más de tres años desde el momento en que la pandemia del COVID-19 sorprendió al mundo y partió la historia en dos para muchas personas, ciudades. departamentos y países.

La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en todo el mundo y ha proporcionado diversas lecciones y aprendizajes que hoy se revelan de manera exponencial.

La importancia de invertir en sistemas de salud sólidos y una infraestructura de atención médica robusta se ha destacado y la prevención y preparación son cruciales para hacer frente a crisis sanitarias por cuanto muchas ciudades del país y el mundo se destacaron en la manera cómo encararon la emergencia y otras dejaron grandes cráteres que aún hoy no se han podido superar.

La capacidad de adaptarse a situaciones cambiantes y ser resilientes se ha vuelto más valiosa que nunca, porque, tanto a nivel individual como colectivo, la adaptabilidad ha demostrado ser esencial para superar desafíos inesperados, sin embargo, son miles de personas las que quedaron sumergidas en el impacto y luego de la Pandemia, no han podido levantar cabeza.

La pandemia ha subrayado la necesidad de una cooperación global y la investigación científica, el intercambio de información y la colaboración entre países han sido fundamentales para abordar la crisis y desarrollar soluciones efectivas.

La tecnología demostró ser una herramienta vital durante la pandemia y desde el trabajo remoto y la educación en línea hasta las aplicaciones de rastreo de contactos y la telemedicina, la tecnología ha desempeñado un papel crucial en la continuidad de muchas actividades, por eso se han intensificado las reuniones virtuales, el trabajo en casa, las contrataciones por entregables y productos más no por horarios y esto por supuesto ha sido crucial en los resultados y la productividad.

La solidaridad y el apoyo mutuo se han vuelto más evidentes, por cuanto, varias comunidades, empresas y gobiernos han trabajado juntos para apoyar a aquellos que han sido más afectados, mostrando la importancia de la empatía y la colaboración, no obstante, algunos seres a quien la pandemia golpeo crudamente, se tornaron agresivos, intolerantes, acciones que son el fiel reflejo de inseguridad que hoy tiene acorralada la ciudadanía y al punto del colapso.

Muchas personas han revaluado sus prioridades en la vida y la pandemia ha llevado a reflexiones sobre el equilibrio entre el trabajo y la vida, la importancia de las relaciones personales y la valoración de las experiencias significativas.

La necesidad de estar preparados para crisis futuras se ha vuelto más evidente y en lo individual como en lo gubernamental, la planificación y la preparación para eventos inesperados se han convertido en una prioridad.

La era de los medios digitales se instauró de manera sólida y los periódicos de papel empezaron su tránsito a la desaparición, mediante el surgimiento de periódicos, emisoras, estaciones web y estrategias como los podcast, todos en forma digital, hoy tienen invadidos los mercados, obligando a las audiencias a volverse más selectivas y analíticas para saber qué información se consume y cuál se desecha o se ignora de manera radical.

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El tapabocas se convirtió en una prenda más después de la pandemia. Fotografía – Archivo particular

Muchas empresas cerraron sus puertas y nunca más las abrieron porque la pandemia fulmino sus sueños de progreso, mandando al traste cuantiosas inversiones y las provisiones adquiridas, y aunque sus propietarios en inversionistas innovaron y diversificaron su accionar misional, las secuelas causadas por las pérdidas aún siguen latentes.

En los juzgados hay un cúmulo de demandas sin resolver, presentadas por empleados que a fuerza y por culpa de la pandemia tuvieron que ser despedidos y otras por arrendatarios, proveedores y dueños de insumos, a quienes sus clientes les adeudan enormes cifras de dinero, cartera de dudoso recaudo, amén de la quiebra que sufrieron los inversionistas.

En esta misma materia, es importante anotar que el COVID-19 ha tenido un impacto significativo en las finanzas a nivel mundial porque los mercados financieros experimentaron una gran volatilidad y las preocupaciones sobre la propagación del virus, las medidas de confinamiento y las incertidumbres económicas llevaron a fuertes fluctuaciones en los precios de acciones, bonos y otros instrumentos financieros.

Durante las primeras etapas de la pandemia, muchos índices bursátiles experimentaron caídas sustanciales y las empresas en sectores como la aviación, el turismo y la energía fueron particularmente afectadas. Muchas de ellas han venido superando la crisis paulatinamente y otras aún no se reponen.

Para contrarrestar el impacto económico de la pandemia, muchos gobiernos diseñaron medidas de estímulo financiero con  métodos que incluyen paquetes de ayuda para empresas, trabajadores y sectores económicos afectados, así como políticas monetarias expansivas.

Las restricciones impuestas para contener la propagación del virus llevaron a cambios en los patrones de consumo y a una disminución de la inversión en algunos sectores; por otro lado, hubo un aumento en la demanda de servicios en línea, tecnología y productos esenciales que ya hacen parte del día a día de las personas y sin las cuales no se concibe la existencia, de ahí que las empresas centradas en la tecnología y en el trabajo remoto experimentaron un aumento en su valor de mercado, reflejando la aceleración de la transformación digital y la adopción del teletrabajo.

Los gobiernos de muchos países tuvieron que tomar préstamos significativos para financiar los programas de estímulo y apoyo económico y esto llevó a un aumento en la deuda pública en varios lugares del mundo y la pandemia llevó a una reevaluación general de los riesgos financieros y los inversores empezaron a prestar más atención a factores como la resiliencia empresarial, la gestión de riesgos y la preparación para eventos inesperados.

En general, la pandemia tuvo un impacto sin precedentes en los mercados financieros y en las finanzas a nivel global, con cambios reveladores en la forma en que las empresas y los empresarios abordan la inversión, el riesgo y la planificación financiera.

La pandemia dejó también instauradas, una serie de costumbres lideradas por los mandatarios y capos de los gobiernos, quienes ahora se comunican y gobiernan a través del Twitter y las demás plataformas tecnológicas, privando a los interlocutores hablar de frente, mirando a los ojos y sustentando cara a cara sus argumentos.

Como vemos han sido muchos los aprendizajes que dejó la pandemia, lecciones que han influido de manera notoria en las sociedades tanto en forma positiva como negativa, dependiendo del enfoque y la manera como se abordan futuros desafíos.

Ante la amenaza de un nuevo coletazo de el COVID – 19 se han vuelto a prender las alarmas y el tema de la ocupación hospitalaria, las vacunas y el uso del tapabocas vuelve a ocupar los titulares de los medios de comunicación y de las organizaciones administradoras de la salud.

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