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Un mínimo que sigue siendo mínimo

Independiente de la cifra establecida para el 2024, que llega a la cifra de $1.300.000 semejante a un 12% aproximadamente y un auxilio de transporte de $162.000 equivalente a un 15%, el análisis del salario mínimo en Colombia implica considerar diversos factores económicos y sociales.

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01/03/2024

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Salir con billetes y monedas de estas al supermercado, no sirve para nada ahora en Colombia. Fotografía – Archivo particular

Con la llegada del 2024, Colombia instauró el salario mínimo de los nacionales a través de decreto por no haberse logrado un acuerdo entre los sindicatos, las centrales obreras, los empresarios y el gobierno.

El presidente de la república, Gustavo Petro Urrego y su ministra de trabajo, Gloria Inés Ramírez, salieron a los medios de comunicación para anunciar las cifras que regirán la vigencia 2024 en cuanto al salario mínimo se refiere y el ajuste hecho al auxilio de transporte para los trabajadores colombianos.

Independiente de la cifra establecida para el 2024, que llega a la cifra de $1.300.000 semejante a un 12% aproximadamente y un auxilio de transporte de $162.000 equivalente a un 15%, el análisis del salario mínimo en Colombia implica considerar diversos factores económicos y sociales.

Aunque muchos analistas han salido a decir que estas cifras no le convienen a la economía del país, lo cierto es que los números siguen siendo muy enanos comparados con la inflación y los costos exorbitantes de los productos de la canasta familiar y el abismal aumento de la gasolina.

La tasa de inflación afecta el poder adquisitivo del salario mínimo porque si la inflación es alta, el salario real puede disminuir, ya que los precios de bienes y servicios aumentan.

Colombia ha enfrentado desafíos significativos en términos de desigualdad económica y aunque el salario mínimo se ajusta periódicamente, algunos argumentan que estas actualizaciones no siempre son suficientes para abordar las crecientes brechas económicas y menos las de los actuales e inéditos momentos.

El salario mínimo se establece a través de negociaciones entre el gobierno, empleadores y trabajadores y el social es fundamental para determinar ajustes que reflejen las necesidades y preocupaciones de todas las partes; sin embargo, en esta oportunidad no se dio dicho acuerdo, por lo que el gobierno debió hacerlo mediante decreto como lo autorizan las normas vigentes.

El debate sobre el impacto del salario mínimo en el empleo es común y hay quienes argumentan que aumentar el salario mínimo puede tener consecuencias negativas para el empleo, especialmente en pequeñas empresas, mientras que otros sostienen que un salario digno contribuye al bienestar económico general.

De todas maneras, un análisis serio y centrado en la realidad del país, debe considerar el poder adquisitivo del salario mínimo, cuyo monto minúsculo no permite cubrir las necesidades básicas, lo que de esta manera inevitable afecta negativamente el bienestar social de los nacionales.

Además del salario mínimo, es importante considerar la presencia de programas de asistencia social que buscan apoyar a aquellos que podrían no cubrir todas sus necesidades con el salario mínimo, programas que llegan como luz en la oscuridad para aliviar la vida de una inmensa cifra de colombianos que no tienen para las tres comidas diarias y menos para sostener unas condiciones dignas para sus familias.

La revisión y ajuste regular del salario mínimo, basados en un diálogo efectivo y una comprensión completa de las realidades económicas, son fundamentales para garantizar condiciones laborales dignas y promover el bienestar de los trabajadores, pero con los costos de los productos en todas las áreas de la economía, es y será muy difícil llegar a un equilibrio lógico que compense lo captado con los gastos diarios por todo orden.

Fenómenos como este, avivan aún más la inseguridad, el fleteo, los atracos y el secuestro porque, aunque ninguna de estas horrendas prácticas es justificable, muchos de los que ingresan a la delincuencia lo hacen por la necesidad y la situación económica del país, que cada día es más angustiosa.

La distribución de un salario mínimo en Colombia puede variar según las circunstancias personales y regionales, sin embargo, hay que hacer verdaderas maromas para destinar a cada área una financiación.

Alquiler o pago de la hipoteca. Es quizá el renglón más fuerte para la economía de un hogar.

¿Cómo hacer rendir el salario mínimo en el supermercado?, uno de los grandes dilemas del 2024. Fotografía – Archivo particular

Compra de alimentos y productos básicos para el hogar que incluyen gastos en supermercados y mercados locales tanto de manera diaria como quincenal o mensual.

Gastos relacionados con el desplazamiento diario, como el transporte público o el mantenimiento de un vehículo si es necesario, es otro de los costos fijos e inevitables, al no ser que la familia viva cerca al trabajo y a los establecimientos educativos.

Pago de servicios médicos y compra de medicamentos, así como los seguros de salud o el pago de la seguridad social, es otro factor que acapara un gran porcentaje de la minúscula torta, mientras que la educación, incluyendo matrículas, útiles escolares y transporte para estudiantes es otro dolor de cabeza para quienes sostienen el núcleo familiar.

El pago de servicios como electricidad, agua, gas y telefonía es el recurrente tormento con la amenaza de corte y los altísimos costos de reconexión que esto implica.

Es de suponer que, con este paupérrimo ingreso, las familias tienen que endeudarse, por lo queel pago de deudas o préstamos, si el trabajador tiene obligaciones financieras, es otro de los monstruos convertidos en pesadillas que interrumpen el sueño de los nacionales y mucho más con un sistema bancario que les chupa la sangre a los clientes cuál vampiro en cuarentena.

El intento por destinar una parte del salario a los ahorros es una práctica común, especialmente en el sexo femenino, aunque esto puede ser desafiante para aquellos que viven con un ingreso mínimo.

Con todo lo anterior, ¿será que queda algo para esos gastos discrecionales como vestuario, galerías, ocio y cultura?

Es importante tener en cuenta que la distribución del salario mínimo puede variar según las decisiones personales, las responsabilidades familiares y la ubicación geográfica.

En algunas situaciones, las personas necesitan priorizar ciertos gastos y sacrificar otros, además, la capacidad para ahorrar o dedicar recursos a actividades de ocio puede ser limitada para aquellos que dependen de un salario mínimo.

Es fundamental para los trabajadores y sus familias gestionar cuidadosamente sus finanzas y buscar oportunidades para mejorar sus ingresos o acceder a programas de asistencia social, cuando sea posible, para garantizar un nivel de vida más adecuado y menos tormentoso.

Esperemos entonces que avance el 2024 para ver y analizar las verdaderas consecuencias y el impacto que tendrá el nuevo salario mínimo en el bolsillo y la economía de los colombianos.

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